
La primera no se
trata de otra cosa que crearla, ponerle nombre, personalizarla… no es fácil crear nuestra propia marca
personal pues las más populares son aquellas fáciles de recordar pero a la vez
nuevas, tentadoras y llamativas. Esto es el primer paso y si fallas aquí, lo
tendrás complicado. Aún así debes ir renovándola pues a veces aburre lo
cotidiano pero teniendo muy en cuenta en dejar siempre ese algo que le da
esencia y color a nuestra huella, algo personal, creativo.
La segunda es
moverla, hacerla llegar a otras personas u otras empresas a través de redes
sociales. Las redes sociales hoy en día son muy importantes y cada vez más
utilizadas por las empresas por ello hay que tener mucho cuidado con lo que
publicamos, porque tú puedes salir de fiesta y subir una foto pero
¡¡teniendo ojo!! Porque no es lo mismo subir una foto tomándote algo que
haciendo botellón en el parque de la esquina. En estas redes lo mejor es colgar todo aquello
que se te da bien, que sabes hacer, por lo que tienes inquietudes… porque si no
lo dices tú ¿Quién lo hará? Esto es de gran ayuda a la hora de dar buena
impresión para las empresas.
Por último, aunque
ya lo he comentado un poco, es tener cuidado con las publicaciones y las
etiquetas de otros hacia nosotros.
En definitiva, una
marca personal es lo que tú quieres que sea, es decir, deja ver lo que quieres
que otros vean porque el día de mañana puede servirte de ayuda.
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